La elaboración del vino es un proceso sencillo pero lleno de matices. Se puede obtener mediante la fermentación alcohólica de la uva o del mosto de uva, aunque en la mayoría de los casos, su composición suele incluir diversos ingredientes añadidos, como levaduras o sulfurosos.
En los últimos años, los vinos naturales han ido ganando cada vez más seguidores, y no es para menos. Optar por productos sin aditivos y que sigan un método de elaboración más respetuoso suena bastante bien, ¿verdad?
A continuación, te explicamos qué es un vino natural y cuáles son las características que lo diferencian del resto de vinos.
¿Qué es el vino natural?
Un vino natural es aquel que ha tenido la mínima intervención en todos los procesos que lo conforman, desde la vid hasta su vinificación. Se elabora sin levaduras añadidas y sin filtrar ni estabilizar, siguiendo los tiempos propios del producto y su entorno.
Su producción es mucho más respetuosa con el medio ambiente que la de cualquier otro vino convencional. El productor es plenamente consciente del entorno que rodea a la vid, por lo que su intervención se realiza de la forma más natural posible, y solo en lo esencial. Es en la elaboración donde entra la diferenciación entre los distintos tipos de vino.
Cuando hablamos de mínima intervención, podemos encontrar naturales, ecológicos o biodinámicos, pero si lo que buscamos es un producto sin aditivos, entonces debemos optar por uno natural.
¿Cómo se elabora un vino natural?
Cada viticultor elabora su vino de forma diferente, pero si algo tienen en común aquellos que optan por los vinos naturales, es su filosofía de no intervenir en el proceso; solo hacer el seguimiento adecuado para que todo siga su curso.
Si bien es cierto que para conseguir la fermentación adecuada del mosto de uva es necesario de una mano experta que conozca el proceso, en este tipo de elaboración donde no se añade ni se quita nada a la uva, el aroma y sabor resultantes dependen del propio entorno y la materia prima.
Por tanto, si hablamos de las características principales del vino natural, tenemos:
- Respeto por el entorno y el medio ambiente. La mínima intervención se aplica tanto a la uva como a la vid y, por tanto, no se usan productos como pesticidas o herbicidas en la tierra. Esto garantiza un resultado sostenible y de máxima calidad.
- Elaborado de forma tradicional. Al no utilizar sustancias químicas en la tierra y el cultivo, el viticultor tiene que hacer uso de técnicas tradicionales que garanticen la naturalidad del proceso. Estas técnicas requieren un trabajo manual mucho más laborioso, que va desde el cuidado de las uvas, hasta su cosecha y la posterior elaboración del vino.
- Sin levaduras añadidas ni ácido sulfuroso. Ningún vino natural incluye elementos químicos añadidos que puedan alterar el producto. El proceso de vinificación utiliza la estancia en barricas, las propias levaduras de la uva y el frío estacional para su fermentación.
- Producción limitada. Al usar técnicas artesanales durante todo el proceso, la dificultad a la hora de elaborar este tipo de vino es algo mayor. Esto conlleva que su producción sea menor, con un número de botellas limitado.
- Se embotella sin filtrar ni clarificar. Esto hace que, en apariencia, el vino pueda verse algo turbio, aunque es una característica que no afecta a su sabor.
En la actualidad, muchos consideran que la agricultura ecológica es el futuro, por lo que podríamos empezar a ver este tipo de vinos mucho más a menudo, aunque todavía tienen un largo camino que recorrer.
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